lunes, 13 de junio de 2011
 
La pérdida de 11 integrantes de su familia, entre ellos su esposa, por un deslizamiento de tierra en la aldea Xepanil, Santa Apolonia, Chimaltenango, en mayo del 2010, hizo que Mario Suy Suy, de 31 años, se transformara en un padre cuestionable y a su vez ejemplar en la comunidad, ya que por el amor a su hijo Luis prefirió desafiar las recomendaciones médicas y hasta legales.
 
La triste historia de Suy Suy empezó cuando su esposa, Graciela Atzac, murió soterrada junto a sus hijos Nery, Carlos, Elizardo, Salomón e Israel, entre las edades de 6 meses a 11 años.
El día de la tragedia, Suy decidió ir a comprar azúcar, fósforos y candelas para disipar la oscuridad en su humilde vivienda, pero al escuchar un estruendo, regresó y solo logró rescatar a su hijo Elías.
En el sitio de la tragedia y donde quedaron sepultados los cuerpos de la familia Suy Ajtzac, solo se pueden observar unas plantaciones de chilacayote y hierbas, a donde Suy llega para desahogar su tristeza. A pesar de que tiene la compañía de Elías, llora la ausencia de su compañera de hogar, sus hijos, sus suegros, Juan Ajtzac y Juliana Semet; sus cuñados Rogelio e Isaí y su sobrino Rafael Ajtzac.
“Han sido meses difíciles los que he vivido, pues además de no contar con la mayoría de mi familia, Elías estaba fracturado y no se podía mover. En esos días, representantes de instituciones del Gobierno se acercaron y me decían que lo llevara a un hospital, pero por la tristeza, yo no quise que lo alejaran de mí, porque me hace mucha falta”, expresó Suy
Aún no se recupera
Agregó que a un año de la tragedia no ha logrado recuperarse económicamente para construir una casa y comprar enseres, pese a que ha duplicado sus esfuerzos en el cultivo de arveja, ejote maíz, frijol y con trabajos de albañilería.
A pesar de ello, Suy cree que no es un problema, porque debe dar más tiempo a su hijo Elías. “Sé que las cosas son difíciles y tengo que luchar para recuperar todo, pero ahora prefiero estar con mi hijo y que no le falte nada, porque él merece todo de mí”, afirmó.
Elías, de 13 años, quien sobrevivió al alud, resultó con fracturas en la tibia y el peroné de la pierna derecha. Desde que ocurrió la tragedia, su padre no le permite que reciba asistencia médica en un hospital.
La jefatura de Área de Salud, la Procuraduría General de la Nación (PGN), la Gobernación Departamental, la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), la Municipalidad de Santa Apolonia y la Secretaría de Obras Sociales de la Esposa del Presidente intentaron en reiteradas ocasiones convencer a Suy para que su hijo fuera atendido en un hospital, pero el esfuerzo siempre fue en vano.
Según Suy, la razón de no haber aceptado la ayuda para su hijo es por temor a perderlo, puesto que no quiere que le pase algo más, y es mejor que este bajo su protección.
“Para qué va al hospital si no atienden bien; además, hay más enfermos que lo afectarían más al preguntarle acerca de lo ocurrido”, justificó Suy.
Médicos que conocieron el caso del menor, al enterarse de que camina, corre y juega con normalidad, catalogaron el caso como un milagro, ya que la fractura, sin duda, debió afectar su movilidad, lo cual no fue así.
Érick De León, médico y gobernador departamental, quien visitó al menor y trató de convencer a Suy de trasladarlo al hospital, dijo que la recuperación del niño es un milagro. “No se le hizo exámenes porque no había cómo, pero como estaba la fractura, el que esté caminando con normalidad se trata de un milagro, y nos da mucho gusto la noticia”, enfatizó.

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